lunes, 12 de diciembre de 2011

Diferencias entre el colesterol bueno y el malo

¿Diferencias entre el colesterol bueno y el malo?
El colesterol es una grasa que necesita unirse a una proteína para circular por nuestra sangre. Cuando vamos al médico para hacernos una analítica sanguínea piden estos que detallamos a continuación, son los más habituales.

Colesterol LDL (MALO)


Colesterol LDL o lipoproteína de baja densidad, transporta las partículas del colesterol por todo el organismo. El exceso de colesterol LDL se acumula por las paredes arteriales y termina endureciendo y estrechando las arterias.

Colesterol VLDL (MALO)

Colesterol VLDL o lipoproteína de muy baja densidad, este tipo de lipoproteína lleva asociado el máximo de triglicéridos, que es otro tipo grasa también asociada al riesgo cardiovascular. Es un tipo de colesterol malo como LDL estrechando las arterias.

Colesterol HDL (BUENO)

Colesterol HDL o lipoproteína de alta densidad, actúa como desatascador eliminando excesos de colesterol. Los niveles del colesterol HDL no solo no son malos, también pueden indicar un menor riesgo cardiovascular, y los niveles bajos de HDL tampoco son considerados saludables, especialmente si el nivel de colesterol LDL es elevado, deben ir en proporción equilibrada.

Colesterol total:

El colesterol total en sangre es la suma del colesterol trasportado en las partículas LDL, HDL y otras lipoproteínas. Es recomendable tener menos de 200mg/dl.

Bajo riesgo: por debajo de 200mg/dl
riesgo intermedio: entre 200 y 300mg/dl

riesgo alto: por encima de 300mg/dl

Si tiene alguna duda o necesita información sobre cualquier producto o lo escrito en este blog escriba a:
bermeoherbal@gmail.com

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jueves, 1 de diciembre de 2011

Décalogo de hábitos de vida saludable.

Decálogo de hábitos  de vida saludable.

1-      Mantener una alimentación equilibrada y variada: cuanto mayor es la variedad de alimentos en la dieta, mayor garantía de que alimentación sea equilibrada y de que contenga  todos los nutrientes necesarios. No se puede distinguir entre alimentos buenos y malos, ya que todos aportan nutrientes en mayor o menor medida. No  obstante, hay que evitar consumir alimentos con contenido muy elevado de sal, grasas y azúcar.

2-      Tomar la energía que el cuerpo necesita: la mayoría de las personas consumen menos hidratos de carbono, y más proteínas y grasas, dé las que el cuerpo necesita. Cereales, patatas y legumbres deben ser la base de la alimentación para que los hidratos de carbono representen entre el 50% y el 60% de las calorías de la dieta.

3-      Consumir menos grasas y tener en cuenta las proteínas: las grasas aportan entre un 30 y un 35% de las calorías de la dieta. Es aconsejable reducir el consumo de las grasas saturadas y trans. Las proteínas deben aportar entre el 12% y el 15% de las calorías de la dieta.

4-      Incrementar el consumo de fibra: la fibra dietética ayuda a combatir el estreñimiento, regular el azúcar, equilibrar la flora intestinal, reforzar las defensas y proteger el corazón.

5-      Realizar cinco comidas al día: durante el día, nuestro organismo no debe pasar demasiadas horas sin recibir aportes energéticos. Es muy importante realizar cinco comidas al día con un horario regular y respondiendo a este reparto de calorías: desayuno 25%  media mañana 5-10% comida 30% merienda 5-10% cena 20-25%.

6-      Empezar el día con un desayuno completo: después de toda la noche sin comer, nuestro nivel de energía está muy bajo, de ahí la importancia de tomar un buen desayuno. De ahí la importancia de nuestro batido y sus complementos.

7-      No saltarse la merienda: esta  ayuda  a reponer parte de energía que ha sido consumida y evita que lleguemos hambrientos a la hora de la cena.

8-      Realizar actividad física a diario: es muy recomendable hacer algo de ejercicio cada dia  en torno a 60 minutos diarios de actividad física moderada.

9-      Compartir los buenos hábitos:  la familia debe involucrarse en las actividades en las actividades relacionadas con la alimentación como hacer la compra, decidir el menú semanal , preparar y cocinar los alimentos, etc.

10-   Hidratarse:  hay que beber entre uno y dos litros de agua al día, dependiendo de la edad, el grado de actividad física y la temperatura ambiental.

(extraído de estarvital  n-57)
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